miércoles, 21 de octubre de 2009

Censura en el congreso

La toma de tribuna de la Cámara de Diputados, realizada ayer por un grupo de legisladores afines al movimiento lopezobradorista, en protesta por el alza de impuestos acordada por el PAN y el PRI, reveló una vez más el verdadero talante de la derecha en el poder: autoritarismo, intolerancia y censura. La decisión de interrumpir la transmisión en vivo del Canal del Congreso es un hecho grave que viene a sumarse a la propaganda engañosa, de corte francamente fascista, que el gobierno ha desplegado en contra de todo aquel que se le oponga.
 
Aunque la señal del canal legislativo se transmite solamente por televisión de paga o restringida, diversos medios de comunicación nacionales y extranjeros dan seguimiento a lo que ocurre en las dos cámaras del parlamento mexicano a través de esta vía. Por ello, lejos de ocultar o minimizar la protesta, lo que esta burda maniobra propició fue un mayor interés de los periodistas y del círculo rojo por observar lo que estaba pasando en el salón de sesiones.
Panistas y priistas, tal como ocurrió con los electricistas el día en que la policía federal invadió las instalaciones de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, fueron sorprendidos por una parte de la oposición de izquierda, que un día antes, en discreto coloquio realizado en la colonia Roma, había decidido la toma de la tribuna legislativa, para tratar de impedir o por lo menos exhibir, la complicidad de ambos partidos en el aumento de impuestos a la ciudadanía, y el mantenimiento de los regímenes especiales de tributación que permiten a los grandes contribuyentes evadir legalmente sus contribuciones al fisco.
 
El gobierno calderonista y la mesa directiva, presidida por el diputado panista Francisco Ramírez Acuña, creyó que pactando con los chuchos en el PRD tenían todo bajo control. Pero un reglamento interno, avalado mansamente por la coordinación perredista en San Lázaro, que prohíbe la toma de tribuna, no puede estar por encima de la objeción de conciencia y de la libertad que cada legislador tiene para actuar conforme a sus creencias. Además, la bancada del PT, reducida en número, pero elevada en calidad, tiene la iniciativa y la táctica para imponer la agenda de los grandes temas nacionales. Así, ese pequeño pero combativo grupo de legisladores identificado con Andrés Manuel López Obrador, ha puesto a la defensiva y contra la pared a una mayoría timorata, sumisa y cómplice.
Las mantas y cartulinas que los obradoristas desplegaron en protesta por los impopulares impuestos que PRI y PAN quieren imponer a la ciudadanía, asustó a la directiva cameral. La enorme manta con la leyenda “Calderón es el verdadero peligro para México”, molestó a Los Pinos. Hubo más mensajes, algunos de ellos bastante agresivos. Consecuentemente, los diputados del PT y PRD que ocuparon la tribuna, aparecieron solamente durante ocho minutos en el Canal del Congreso. Ese es el tiempo en que los integrantes de la mesa directiva se retiraron del presídium, Inmediatamente después, la señal fue sustituida con programas grabados, y así permaneció por horas. Sólo uno de los canales de circuito cerrado del Palacio Legislativo siguió difundiendo una imagen panorámica del salón de sesiones.
 
Es previsible lo que sigue: los medios de comunicación al servicio del régimen, lincharán mediáticamente a los diputados que se atrevieron a utilizar este recurso parlamentario de la toma de tribuna, perfectamente legal en México, y hasta rutinario en otros parlamentos del mundo. En contraste, esos mismos medios callarán o justificarán el abuso y la ilegalidad que se cometió al censurar la transmisión del Canal del Congreso. Vivimos tiempos canallas, sobre todo en la prensa.

miércoles, 7 de octubre de 2009

No se olvida

En 1968 se vivió una psicosis de insurrección que unió a jóvenes norteamericanos de todos los segmentos raciales con estudiantes del mundo occidental, de Europa del Este y de algunos países latinoamericanos. A pesar de que en otros lugares como Francia y Estados Unidos los estudiantes rebasaron con mucho los niveles de protesta registrados en México, ninguno de sus gobernantes se atrevió a asesinar a mansalva a su juventud. Nadie llegó tan lejos como Gustavo Díaz Ordaz.
 
El movimiento estaba originalmente simbolizado por fenómenos de aparente inconformismo irracional, como los provos, los beatniks o los hippies; pero junto a movimientos de rebeldía, no específicamente ideológicos, que predicaban amor y paz y que pugnaban por sexo, drogas y rock and roll, surgió también una corriente militante que enfrentó orgánica y abiertamente al establishment.
La rebelión estudiantil empezó a mediados de la década de los 60 en la universidad californiana de Berkeley, y luego siguió en otras instituciones de esa entidad y en varias más de la unión americana en los siguientes años. Continuó en la Universidad Libre de Berlín y luego se extendió a los centros universitarios más importantes de Europa y América, entre ellos México. Alcanzó su cenit en Nanterre y las barricadas de mayo-junio del 68 en París, donde los alumnos liderados por anarquistas como Daniel Cohn Bendit, tomaron La Sorbona y formaron una asamblea de masas para difundir su lucha. De ahí salió un torrente de consignas como: “Prohibido prohibir”, “Todo es posible”, “Todo el poder a la imaginación”, “Sé realista, pide lo imposible” y “Haz el amor, no la guerra”.
 
El germen de inconformidad se propagó, incluso, detrás de la cortina de hierro e infectó a países como Checoslovaquia. El punto trágico se registró el 2 de octubre en México, con la matanza de estudiantes que asistían a un mitin en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco.
 
Los gobernantes del mundo occidental que comprendieron la dinámica estudiantil y tuvieron prudencia y paciencia, fueron los que pudieron controlar la eclosión de rebeldía juvenil, abriendo cauces institucionales a las protestas. En cambio, Gustavo Díaz Ordaz prefirió ver conjuras extranjeras, principalmente soviéticas, y mandó a sus tropas a controlar la situación. El resultado fue un genocidio.
Las protestas que estallaron en el verano del 68 cayeron de sorpresa al gobierno. El régimen estaba preparado para enfrentar los movimientos obreros, campesinos o populares disidentes, al igual que a la oposición. El aparato de seguridad contribuía a la estabilidad del país, proporcionando información de inteligencia y anticipando los brotes de inconformidad, o actuando si las cosas se salían de control, como había ocurrido con los ferrocarrileros y los médicos, años atrás.
 
O como actuaron contra el líder campesino Rubén Jaramillo y su familia, asesinados cruelmente. Incluso, cuando empezó la revuelta estudiantil, algunos líderes ferrocarrileros, como el simbólico Demetrio Vallejo, aún seguían en la cárcel después de una década. El problema era que ni el aparato de seguridad, ni la clase política, ni el presidente, estaban preparados para enfrentar un movimiento estudiantil que parecía espontáneo.
En la revista Siempre, el periodista José Alvarado escribió: Había belleza y luz en las almas de los muchachos muertos. Querían hacer de México morada de justicia y verdad: la libertad, el pan y el alfabeto para los oprimidos y los olvidados. Un país libre de la miseria y el engaño.
 
Y ahora son fisiologías interrumpidas dentro de pieles ultrajadas.
Algún día habrá una lámpara votiva en memoria de todos ellos.

2o Foro anual de Promoción de la salud y encuentro de estudiantes de la licenciatura

Los invito a acudir a este evento que se realizara en la UACM Plantel Casa Libertad (antiguamente la cárcel de mujeres) en Av. Ermita esq. Zaragoza, los dias 22 y 23 de octubre de 2009.

Si desean mayores informes escriban a forodepromociondelasalud@gmail.com o visiten el link a la derecha.

Sera un buen evento e igual daré una de mis excelsas conferencias, no falten será gratificante.