Sin duda alguna uno de los temas centrales del fin de semana fue el anuncio del señor Enrique Peña Nieto sobre una posible alianza entre la paraestatal PEMEX y su homologa PETROBRAS con el fin de establecer convenios que permitan un mayor crecimiento en materia petrolera de ambos países. Mientras esta nota circulaba por el mundo los fuertes rumores de una reforma energética con miras a la privatización de PEMEX circulaban en los medios nacionales.
Es indiscutible que México requiere de una reforma en materia energética que promueva la modernización, estructuración y competitividad de nuestra nación en este rubro, no es posible que se sigan autorizando concesiones mineras a empresas irresponsables que lo único que hacen es saquear las riquezas de nuestro país, tampoco es posible que se siga privatizando el agua, pues no sólo es motor generador de energía sino derecho inalienable de vida, tampoco podemos seguir exportando nuestra energía eléctrica a precios de risa so pretexto de una falta de modernidad ni debemos tolerar que este recurso camine rumbo a la privatización. Pero sin duda el tema más escabroso es el del petróleo pues gran parte de la riqueza de nuestra nación proviene de este recurso natural.
PEMEX desde su creación ha sido el motor que mueve a la patria, la educación, la salud, los caminos, el aparto estatal, las fuerzas armadas, los estados y municipios se han beneficiado de las ganancias obtenidas por la venta y comercialización del petróleo, es decir los ingresos para que este país funcione provienen de este recurso, dado que la recaudación fiscal en nuestro país es prácticamente obsoleta. Este constante saqueo de la empresa petrolera la a conducido a un franco deterioro y retraso en materia tecnológica con respecto a otras empresas petroleras causando con ello un déficit en la producción y calidad de nuestro petróleo. Este argumento lo esgrimen los neoliberales que pretenden privatizar PEMEX con el fin de obtener recursos y so pretexto de que es la única manera de salir adelante en materia petrolera. Nada más absurdo, nada más lejano a la realidad.
Si bien es cierto que PEMEX no se encuentra a la vanguardia tecnológica en exploración, extracción y refinación de crudo y que se requiere de una modernización en la materia, también es verdad que esta se puede llevar a cabo sin la necesidad de la privatización.
Algunos ejemplos de lo que ha sucedido con empresas paraestatales que se han privatizado son: Ferrocarriles de México, que se privatizó con el pretexto de que era una empresa poco rentable y operaba en números rojos, hoy varias empresas extranjeras operan las redes ferroviarias de nuestro país con ganancias millonarias, el mayor flujo de carga se da por este medio y las empresas privadas no invirtieron ni en vías, ni maquinas, ni furgones, ni nada, simplemente se sentaron a cobrar. Otro caso la siderúrgica Altos Hornos de México, se privatizó bajo el mismo esquema, ya no era rentable, hoy en manos de los empresarios Ancira (léase Carlos Salinas) es la empresa acerera más poderosa de América Latina. Uno más TELMEX que con el mismo argumento fue entregada a Carlos Slim y de ser una empresa que según el gobierno era una carga se convirtió en el monopolio de las comunicaciones más poderoso de América Latina y convirtió a su propietario en el hombre más rico del planeta.
Estos pequeños ejemplos muestran que no son las empresas lo que esta mal, no es el hecho de que sean estatales lo que las hace malas, es la corrupción, el saqueo y la falta de planeación lo que provoca el deterioro y el estancamiento de las mismas. Somos un país con muchos recursos naturales, con una gran diversidad geográfica, con hombres y mujeres capaces, pero tenemos gobiernos ineficaces, funcionarios corruptos que han permitido el saqueo indiscriminado de recursos públicos.
La Reforma Energética es necesaria, es importante invertir recursos de PEMEX en PEMEX, es importante regularizar y reglamentar la explotación minera, es fundamental generar energía eléctrica de bajo costo a través de la modernización de equipos en la CFE, es fundamental que en nuestra Carta Magna el agua sea considerada un bien de beneficio común y de vida para evitar que se siga privatizando. Es preciso sanear la estructura operativa de las paraestatales con el fin de evitar la corrupción y los malos manejos, es imperativo que el petróleo no se privatice y que siga brindando riqueza a todo el pueblo de México. Muchos dirán que no han visto un solo cheque de PEMEX en sus manos, ni lo verán por que día a día, minuto a minuto ven las ganancias de PEMEX reflejadas en escuelas, hospitales, caminos, seguridad, alumbrado etc.
México requiere de una reforma, pero una reforma que proteja los bienes de la nación y no que los entregue. PEMEX es de los mexicanos y no de un copetón pendejo que no ha leído tres libros en su vida. Si a una reforma que beneficie la modernización de PEMEX sin la privatización, NO a todo aquello que pretenda arrebatar el patrimonio de los mexicanos.