miércoles, 29 de agosto de 2012

A unas horas del fatídico fallo

carreno300812Todo indica, que en cuestión de horas se despejará la incógnita que ha mantenido en vilo a algunos (incluyéndome por supuesto) en los últimos dos meses: el fallo del Tribunal electoral Federal Electoral que decidirá si la elección del 1 de julio fue válida o no, y que confirmará o no, según sea el caso, si Enrique Peña Nieto ganó las elecciones y es por tanto Presidente electo de la República para los próximos seis años. Ya se filtró una versión de los magistrados que hicieron el dictamen que será votado, que propone declarar válida la elección y desecha, por falta de contundencia, todas las pruebas y los argumentos presentados por Andrés Manuel López Obrador.

Como quien dice, “este arroz ya se coció”; Peña ya sabe hasta quién le va a entregar la banda: su compadre Jesús Murillo Karam, que será el presidente del Congreso el día que rinda protesta, y El Peje, todo parece, rechazará y cuestionará el fallo de los magistrados y optará por seguir con su queja pero ahora en las instancias internacionales, en concreto la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, donde está como secretario el mexicano Emilio Álvarez Icaza, mientras que algunos de los grupos duros que lo apoyan, el SME, los tranviarios, los atencos y hasta el #Yosoy132, seguro saldremos a las calles el día del fallo, el del Informe de Calderón y por supuesto el de la toma de protesta de Peña para externar nuestras protestas.

Terminará así un capítulo más de la telenovela política nacional. Andrés Manuel tendrá una salida digna; los grupos más radicales tendrán las calles para gritar y patalear; Peña comenzará a armar un gabinete y a planear cómo pasará la aduana del 1 de diciembre, mientras los partidos de izquierda se apertrecharán en el Congreso, con sus diputados y senadores, para hacer valer la segunda fuerza que son ahora en la representación legislativa.

¿Quedará algo de todo esto? Sí, lecciones positivas y negativas. A López Obrador ahora también lo investigarán por haber recibido contratos del gobierno del DF para amigos cercanos suyos con los que se financió Austeridad Republicana y Honestidad Valiente, dos organizaciones que supuestamente vivían “de los donativos” que les daban sus seguidores, pero que resultaron ser parte de un entramado financiero y legal de tráfico de influencias para obtener recursos de contratos públicos. Seguro terminarán sancionando a las organizaciones y al propio Andrés Manuel.

Peña Nieto, si bien se podrá ahora dedicar a organizar su próximo gobierno, tampoco se irá limpio: el caso Monex y Soriana, con todas sus evidencias de triangulaciones de dinero de origen dudoso, tendrá que ser investigado a fondo por el IFE y es muy probable que termine en una fuerte sanción económica al PRI para sentar un precedente sobre el uso del dinero ilegal en las campañas.

Pero el tema no parara ahí, es casi un hecho que, como parte del ejercicio para cerrar heridas y pactar acuerdos, hasta el Congreso lleguen iniciativas para cambiar la ley electoral, endurecer las sanciones a quienes violen los topes de campaña, al grado de que pueda ser causa para anular una elección y hacer más fuertes los mecanismos para vigilar el origen y el uso del dinero que llega a las campañas políticas. Todo eso dará pie a una nueva reforma electoral en la que podrían incluirse algunos otros temas, pero básicamente se concentraría en limitar la influencia del dinero y su uso en las campañas.

Por lo demás, el país seguirá su marcha normal, ¿hacia dónde?, esa es la incógnita, veremos si no sucede, como casi siempre, que un nuevo gobierno llegue a intentar reinventar al país y todo lo hecho en seis años sea motivo de borrón y cuenta nueva. En este caso será difícil lo de “cuenta nueva” porque las cuentas del presidente saliente, Felipe Calderón, no serán muy buenas si se juzga por el número de muertes violentas y asesinatos en su sexenio. Esos 50 o 60 mil muertos regados por todo el país no serán una cuenta fácil de borrar.

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