domingo, 10 de octubre de 2010

¡Que intolerantes somos!

El vocero de la Arquidiócesis de México, Hugo Valdemar, dijo que la demanda civil interpuesta por Marcelo Ebrard en su contra es una prueba de su “intolerancia”, y consideró que cualquier gobernante que se sienta dañado por la crítica debería pensar en la renuncia.

En su respuesta a la demanda civil de Ebrard, el prelado expuso que el jefe de gobierno utiliza “ilícitamente todo el aparato y los recursos del Estado para demandar a dos ciudadanos por hacer uso de su libertad de expresión y criticar sus excesos en el poder”.

Las demandas civiles, las interpuestas ante Gobernación y el Instituto Federal Electoral contra el cardenal Juan Sandoval Iñiguez y un servidor, aseveró, son una “prueba pública de la fobia del señor Ebrard y su partido a la Iglesia Católica”.

Las diferencias entre los prelados y el jefe de gobierno surgieron en momentos en que en la ciudad de México la Asamblea Legislativa aprobó y la Suprema Corte confirmo la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo y su posibilidad de adoptar.

Valdemar Romero confió no obstante en que el Poder Judicial hará su labor de forma justa y que esta demanda será desechada por improcedente.
Refirió que el miércoles 6 de octubre dio su respuesta a la demanda de Ebrard, en la cual niega que le asista acción o derecho alguno para “reclamar de mi persona las exigencias de su querella por un supuesto daño a su patrimonio moral que nunca existió”.

El jefe de gobierno de la ciudad de México hace aparecer en su demanda dichos y hechos que “un servidor jamás dijo ni cometió”, además de que “empata declaraciones y falsamente las presenta como pruebas sabiendo con toda verdad que jamás las hice”, agregó.
El prelado ejemplificó que al haber dicho en una entrevista que Ebrard “tenía una vocación fascista, dicha crítica no la hice en la forma y términos totalmente subjetivos y disparatados como los interpreta de atentar contra el Estado y sus autoridades”.

Precisó que en ejercicio de su derecho a la libertad de expresión, dijo que Ebrard “tiene una vocación de fascista porque, desde mi particular punto de vista, toda opinión que no le gusta la contesta iracundamente y le parece que se atenta contra el Estado”.

Cuando simplemente, aclaró, son opiniones desde lo que es propio de un ministro de culto, es decir, desde una perspectiva ética y moral sobre legislaciones que han atentado contra estos valores como son el respeto a la vida y el matrimonio.

Tal manifestación no implica una “acusación de mi parte en la forma y términos en que los refiere de que la Jefatura del Gobierno del Distrito Federal forme parte de un sistema político, económico y social de carácter totalitario (aunque a veces así se comporte)”, señaló.

Tampoco implica que con tal manifestación “estuviera dirigiendo un ataque a las instituciones fundamentales del Estado Mexicano, como tendenciosa y falazmente lo sostiene el señor Ebrard”, dijo el vocero de la Arquidiócesis de México.

Valdemar expuso que si se toma en consideración el contexto en el que utilizó la frase “vocación fascista”, es evidente e indudable que tal frase la “utilicé en su significación de considerarlo como excesivamente autoritario”, al aprobarse las reformas al código civil.

En su demanda Ebrard “entresacó y mutiló” la frase citada y le pretende dar una alcance que jamás tuvo, dijo, pasando por alto que es un servidor público sujeto a la crítica, a la exigencia de cuentas y al escrutinio público, sin que por ello se pueda sentir dañado.

Si así lo experimenta estaría manifestando que no tiene la capacidad de gobernar y debería pensar seriamente en renunciar a un cargo que requiere capacidad de escucha, negociación, tolerancia, apertura, diálogo y conciliación”, opinó el prelado.

También refirió que es falso “que el suscrito haya afirmado que la actividad del señor Marcelo Ebrard, como servidor público, se rija por el soborno, como calumniosa y temerariamente se atreve a sostener en su demanda”.
Reiteró por todo ello que es falso que con sus manifestaciones vertidas en respuesta a preguntas formuladas por los medios de comunicación el 16 de agosto de 2010, haya violado en perjuicio de Ebrard los derechos tutelados por la ley.

Si bien puede ser cierto que algunas respuestas que dio pueden llegar a considerarse fuertes o enérgicas, aseguró, de ninguna manera son insultantes y no se hicieron con 'el único propósito de dañar' a Ebrard “en su reputación, decoro o imagen pública como dolosamente lo sostiene”.
Las respuestas a las preguntas de los medios de comunicación fueron vertidas como opinión personal sobre hechos que han dañado profundamente las bases de la sociedad, puntualizó Valdemar Romero.

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