En una serie tan cerrada un gol de antología, para el recuerdo, de estirpe, debió romper el partido y darle a Pumas su séptima corona de Liga en el futbol mexicano.
Javier Cortés, heredero de lo mejor que siempre ha mostrado Universidad; técnica, clase y temple en el momento definitivo, hizo un tanto de campeonato a los 76 minutos. Tras quitarse a tres rivales y clavar el balón en el ánguo contrario, cerró un torneo de gran alcance para los universitarios.
Y si Cortés hecho la tranca al duelo de gran manera, fue Juan Francisco Palencia, con su garra y fuerza, el que lo abrió a los 14'. Vilar derribó a Dante López tras un enorme servicio del propio Palencia y el mismo Juan Francisco cobró la pena máxima.
Experiencia y juventud, garra y técnica, temple y espíritu: Pumas en su máximo esplendor, Universidad heredero de su propia historia.
Pero Morelia fue un rival digno y sin tapujos, su estilo hermético de juego se le complicó siempre a los de azul y oro.
El primer gol de Universidad tuvo un efecto contrario al esperado en el ánimo y el futbol de los dos equipos.
Pumas se replegó unos metros y perdió la pelota, y la sensibilidad con y sin ella. Aunque anudó las bandas, incluyendo, claro, a Elías Hernández y Joao Rojas, dejó el centro libre.
Monarcas adelantó, ante la necesidad, y buscó por donde descuido Universidad; encontró a Sabah tres veces.
A los 17', Darío Verón lo derribó en el área azul y oro, y Marcó Rodríguez le amonestó por fingir una falta, error del silbante.
Después estrelló un esférico muy forzado en el cuerpo de A. Palacios y finalmente, el arquero universitario, en otro mano a mano, lo tiró y Marcó Rodríguez silbó la pena máxima.
Jaime Lozano disparó y anotó raso, a la izquierda, para igualar el marcador a los 26'.
Era una Final sórdida, más de pulmones que de terciopelo, y así entendieron la serie ambos cuadros.
En ese lapso, entre el gol de los visitantes y el final del primer tiempo, el partido entró en una pausa física y futbolística, en la que ninguno de los dos conjuntos volvió a tomar el balón, pero Universidad se mostró confundido e inexacto, con lagunas, y Monarcas con una confianza que no había mostrado en la Final.
Pumas sólo recuperó espacios y tiempo con el balón con la entrada de Carlos Orrantia, otro joven de la cantera, consiguió tener de nuevo la pelota con peligro y darle forma a la ofensiva. Aún así el juego se mantuvo cerrado con cadenas de 50 centímetros y candados del tamaño de un puño.
Morelia se volvió a replegar y pensó, y actuó en los contras. Casi consigue la diferencia en un tiro poderoso que Cortés, sí Cortés, sacó casi sobre la línea.
Todavía Enrique Pérez contó con alguna chance de cabeza y por Universidad, Israel Castro tuvo un par de tiros de media distancia importantes.
Y entonces Cortés y Pumas vibró.
Por derecha se quitó tres hombres, dos con túnel y otro con un recorte, se enfiló al arco y con Huiqui encima hizo un tiro al ángulo contrario.
Monarcas ya no tuvo capacidad de reacción, desbordado en lo físico, maniatado en lo futbolístico. Aunque Luis Gabriel Rey, a los 86', consiguió un esbozo de posibilidad en un tiro raso que se fue a un costado.
Campeón tiene siete letras, el mismo número de títulos que, ahora, suma Pumas.
Simple y llanamente ¿COMO NO TE VOY A QUERER? MEXICO, PUMAS, UNIVERSIDAD. GOYA, GOYA…
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