¿Han escuchado a algún político, de cualquier color y de cualquier partido, hablar en sus discursos del cuidado del medio ambiente, del cambio climático, de que todos debemos hacer algo para salvar el planeta? Seguro que lo han escuchado. Y es que cuando se trata de echar rollo sobre la importancia de no contaminar, de generar menos basura, de limpiar nuestro ambiente, nuestros políticos y gobernantes son todos rete ecologistas, juran que les preocupa el tema ambiental y que están comprometidos con hacer algo para frenar el cambio climático.
Pero, como se dice coloquialmente “de lengua me como un taco”, en la realidad todos los partidos y sus candidatos se vuelven focos de contaminación para el ambiente y para las ciudades de todo el país cuando comienzan las campañas.
Ya sea en forma de bardas pintadas, de mantas o pendones de plástico o de agresivos espectaculares o simples folletos de papel, los partidos y sus miles de suspirantes se convierten en contaminadores con toda la basura que generan en sus campañas. Materiales súper contaminantes como el plástico o altamente dañinos para la naturaleza como el papel son utilizados sin ningún tipo de control ni cuidado en las campañas políticas con tal de ganar votos y simpatías.
Es común por estas épocas electorales (y en México casi todo el año tenemos elecciones) ver tapizadas nuestras calles y avenidas con plásticos, carteles o anuncios espectaculares con las caras, a veces nada agraciadas y más bien feas, de hombres y mujeres que con la ayuda del photoshop se juran simpáticos, buenos, hasta honrados y nos juran con sus slogans que van a hacer algo por la gente. Si ya llenar la ciudad de anuncios que terminan en la basura cuando pasan las elecciones es algo contaminante, ver sus rostros en tamaños gigantescos cuando empieza el día y uno transita por la calle también contamina nuestra vista y el panorama urbano.
¿Han visto cómo queda la ciudad cuando pasa una elección?, ¿las toneladas de plástico y basura que recogen los camiones para llevarlas a los tiraderos?
Y yo les pregunto, ¿realmente ustedes deciden por quién van a votar por ver una foto de un fulano o fulana que ni siquiera conocen en un poste?, ¿realmente impacta en algo ver una carota desagradable en el Periférico para decidir si le dan su voto a un candidato o partido?
Francamente creo que ese tipo de publicidad electoral que ensucia, que contamina, que afecta al medio ambiente y que ni siquiera es tan efectiva para las campañas debería ya de prohibirse.
¿Saben qué hacen los franceses en sus elecciones?: prohíben todo tipo de publicidad; allá no hay ni pendones de plástico, ni carteles, ni mantas ni bardas pintadas que ensucien el mobiliario urbano, ni folletos de papel, incluso los candidatos tienen prohibido anunciarse en radio y TV, con lo que les ahorran a los ciudadanos otro tormento de estar escuchando todo el día promesas, discurso huecos, tonterías como nos hacen aquí.
Lo único que ven los franceses cuando hay campaña son entrevistas de los candidatos, que ellos deciden si ven o no, algunos anuncios en la prensa escrita y varios debates obligatorios entre los candidatos en los que pueden escucharlos, conocer sus propuestas y contrastarlas con las de otras opciones. Así, los electores pueden conocer a los candidatos, estos no contaminan las ciudades y el ambiente, los ciudadanos no son bombardeados con publicidad televisiva o de radio, y al final el resultado es el mismo: votan los que deciden ejercer ese derecho y lo hacen libremente.
¿No podríamos tener en México algo parecido y así evitarnos el gasto de miles de millones de pesos en publicidad que acaba en la basura y que contamina y afea nuestras ciudades y nuestro planeta; que nos eviten la tortura horrenda que significa prender la radio a todas horas y oír a un candidato de cualquier partido decir: “Yo sí sé como hacerlo... Conmigo está el cambio verdadero... Te lo demostraremos gobernando... Yo acabaré con la pobreza... Juntos mejoraremos la educación... Aquí está la honestidad valiente... etc., etc., etc?
No se a ustedes, pero a mí las campañas aun no empiezan y ya me fastidiaron.





