El 8 de diciembre de 1980, cinco disparos de revólver hicieron estruendo en la noche de Nueva York y repercutieron por todo el mundo. Su eco todavía se escucha 30 años después.
John Lennon, ex Beatle, ícono del rock, activista político, esposo y padre moría impactado por cuatro de los proyectiles. Su asesino, Mark David Chapman, era un fanático desequilibrado que había viajado desde Hawaii y esperado todo el día frente a la residencia del músico para cometer el acto que lo vincularía para siempre con su ídolo.
Estos hechos son bien conocidos, tanto por aquellas generaciones que recuerdan esa lamentable noche como por los que se han informado a través de la divulgación mediática. Nada de lo que se ha dicho y analizado a lo largo de los años, sin embargo, ha podido darle razón a la tragedia ni cerrar del todo la herida colectiva que causó.
Lennon dando su ultimo autógrafo, a la persona que lo ultimaría con cuatro impactos horas mas tarde.
En la mañana del 8 de diciembre de 1980 compró un ejemplar de El guardián entre el centeno en una librería de Nueva York, en el cual escribió “Esta es mi declaración” y firmó como “El guardián entre el centeno”; novela de la que ya tenía varias copias.
Chapman estuvo la mayor parte de ese 8 de diciembre cerca de la entrada del edificio de apartamentos en el que vivía John Lennon, hablando con otros fans y con el portero.
Alrededor de las 5:00 p. m., John Lennon y su segunda esposa, Yoko Ono salieron del Edificio Dakota para una sesión en los Record Plant Studios. Mientras que Lennon caminaba hacia la limusina, Chapman consiguió estrechar la mano del cantante y que éste le firmara un ejemplar de su último disco, Double Fantasy, pese a ello, permaneció esperando en la entrada hasta que la pareja regresara.
Edificio Dakota. Ya alrededor de las 10:50 p. m., la limusina de Lennon volvió al Dakota, Lennon y Ono pasaron junto a Chapman camino hacia la entrada del edificio. Desde la calle, Chapman llamó a John diciendo "Mr. Lennon" y cuando John se dio vuelta Mark realizó cinco disparos, cuatro de los cuales impactaron en la espalda y el hombro de Lennon. Una de las balas perforó la aorta de Lennon, causando pérdida severa de sangre por la disección aórtica.
Chapman permaneció en la escena, sacó su ejemplar de "El guardián entre el centeno" e intentó leerlo hasta que llegó la policía. Los oficiales del Departamento de policía de Nueva York, que fueron los primeros en responder a los disparos, reconocieron que las heridas de Lennon eran muy severas así que decidieron trasladarlo al Hospital Roosevelt en el vehículo policial. Chapman fue arrestado sin ninguna complicación. Lennon fue declarado muerto a las 11:20 p. m. después de haber perdido más del 80% de su sangre.
Ahora, sin embargo, para coincidir con el 30° aniversario de su muerte, han salido una serie de documentales con detalles íntimos de quienes conocieron de cerca al ex Beatle y estuvieron en Nueva York el fatídico día.
Uno en especial, de la cadena británica independiente ITV, hace un recuento casi forense de las últimas horas en la vida de la leyenda musical relatado por la mayoría de las personas que entraron en contacto con él.
Ese día fue una jornada bastante ocupada para John. Tenía una sesión de fotografía para la revista Rolling Stone, dos entrevistas -una para la prensa británica y otra para una radio en California-, más la grabación en estudio del disco que preparaba con su esposa, Yoko Ono.
Afuera de la residencia esperaban, de un lado de la entrada del edificio Dakota, Paul Goresh, un fotógrafo aficionado que se había ganado la confianza de Lennon y, del otro, una enigmática figura que resultó ser Mark David Chapman.
Goresh describe en el documental la conversación que tuvo con Chapman y la mala espina que le dio. El fotógrafo tomó las últimas imágenes de John -una en la que está firmando un autógrafo para su propio asesino.

El asesino esperó todo el día frente al edificio de Lennon en Nueva York.
Todos los participantes del documental comentan en retrospectiva del presagio de lo que se hizo o se dijo ese día.
Con dificultad, Yoko Ono habla de lo irónico de la canción que estaban grabando, con su particular tema sobre cómo serían recordados después de muertos; el periodista de la radio menciona que Lennon se sentía optimista ante el umbral de una nueva vida.
También hay testimonios detallados de los policías que llegaron a la escena del crimen, del médico Stephan Lynn que atendió al músico herido de muerte, así como del joven periodista de la cadena ABC que casualmente se encontraba en urgencias con una lesión en la pierna y se topó con la primicia.
"Yo tuve el corazón de John Lennon en mi mano", relató el doctor Lynn explicando cómo aplicó masajes cardíacos para intentar revivir a la víctima. "Era el corazón de una persona común y corriente, era un buen corazón".
Pero no había nada que hacer. El médico tuvo que comunicarle a Yoko que era una viuda y luego, en rueda de prensa, al resto del mundo que había perdido a una de sus figuras.
Yoko Ono añade que, aunque consideraron ir a cenar en lugar de regresar de inmediato a casa después de salir del estudio de grabación esa noche, nada hubiera evitado el trágico destino.
Lennon y Ono trabajaban en otro álbum conjunto.
Igualmente, después de ver el documental, me pregunto si los recuerdos de quienes estuvieron allí cambian en algo lo que sucedió o añaden alguna perspectiva a quienes fuimos "testigos emocionales" de cuando se divulgó la noticia.
Jack Douglas, el productor musical de Lennon, ofrece la razón fundamental de este fenómeno, en el documental de ITV.
"Yo realmente conocí a John Lennon y pensaba que el resto de las personas no", afirmó Douglas. "Pero John le ponía casi todo su ser a su música, así que los que la escuchaban también lo conocían de cerca".
Estoy de acuerdo y creo que por eso dormí tan mal esa noche del 8, montado en un carrusel de imágenes y sonidos que no me dejaba pegar un ojo.
Afuera se percibía un mundo diferente. Soplaba un aire de nevera (no frío, sino viciado) el sol era un gigante foco de estadio de luz plateada que le daba a la ciudad un tono despercudido.
A donde quiera que fuera sonaba la música de Lennon o de los Beatles, pero no se oía muy nítida, parecía acompañada de un leve y constante zumbido, como un concierto de grillos a la distancia.

Abbey Road es un sitio de peregrinaje.
Al pasar los años, es natural que el impacto de esa noche vaya quedando atrás, los antiguos dolores son reemplazados por nuevas penas y todos estos son resanados por esporádicos momentos de felicidad y pintados por encima con el barniz de la indiferencia y el olvido.
Con la edad, el fanatismo por los Beatles, como por otras cosas, se ha ido atenuando, aunque no del todo. Me doy cuenta que esa parte de mi vida no va a desaparecer.
Hoy en día continua sobre Abbey Road, la calle donde quedan los estudios EMI en el que los Beatles grabaron la mayoría de sus éxitos y cuya foto de los cuatro Beatles cruzando de una acera a la otra es la portada del álbum del mismo nombre.
Pase por ese en mayo pasado durante un breve tour, y siempre hay grupos de personas a todas horas y de todas las edades. Algunas, estoy seguro, cuyos padres no pueden haber tenido memoria de la muerte de John Lennon.
Pero ahí están. Tomándose fotos cruzando la calle y dejando sus firmas y mensajes en los muros de los estudios EMI. Una acto de memoria colectiva, como un mito religioso pasado de generación en generación.
Cada dos o tres meses, las autoridades municipales pintan de blanco los muros de EMI intentando borrar el graffiti de los fanáticos con el barniz de la indiferencia y el olvido. Las paredes no duran un solo día blancas.
Seguidores del ex Beatle John Lennon le rinden homenaje durante el 30 aniversario de su muerte, en el Strawberry Fields de Central Park en Nueva York.
Cientos de neoyorquinos y visitantes conmemorarán hoy en diferentes locaciones el 30 aniversario del asesinato de John Lennon, fundador de The Beatles y considerado uno de los músicos más influyentes de la cultura popular del siglo XX.
El tradicional centro de reunión para honrar a Lennon es el segmento del Central Park conocido como "Strawberry fields" (Campos de fresas), en honor a la canción homónima de The Beatles.
La gente comenzó a reunirse ahí desde las 07:00 horas, pese a que hoy se pronosticó la primera tormenta de nieve de la temporada en la ciudad, para comenzar a cantar a coro las canciones de Lennon, alrededor del mediodía.
En dos ocasiones se guardó silencio en el lugar ubicado justo frente al inmueble donde Lennon vivía y fue asesinado, el edificio Dakota, para conmemorar el momento en que el músico fue agredido, a las 10:50 horas, y para marcar la hora de su muerte, 25 minutos más tarde.
El 30 aniversario luctuoso de Lennon también será recordado este viernes con la publicación íntegra de la última entrevista que Lennon concedió a la revista "Rolling Stone", de la cual la agencia de noticias Associated Press publicó hoy extractos.
En la entrevista realizada tres días antes de su muerte, John aseguró que lo que la gente quiere son "héroes muertos, como Sid Vicious y James Dean. No me interesa ser un héroe".
Expresó además que los críticos "crean ilusiones" sobre los artistas, y que éstas son "como adorar a ídolos".
Mientras tanto, la galería Glasslands de Brooklyn organiza este día un concierto con 10 bandas de rock independiente, cuyas ganancias serán destinadas a la educación de niños huérfanos en países de África occidental.
Por su parte, The Paley Center for Media exhibe desde hoy la serie de fotografías "Este chico... John Lennon en Liverpool", en referencia al puerto británico donde el músico nació.
Asimismo, este viernes será presentado el libro "Starting over" (Comenzando de nuevo) sobre la grabación del disco homónimo de Lennon y de su pareja sentimental Yoko Ono; además, se organiza el panel de discusión "Lennon and legacy" en el foro Greene Space.
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